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Mostrando entradas de mayo, 2018

Austin Osman Spare y el culto entre lo conocido y lo desconocido. (Parte 1)

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En uno de los cuentos de terror escritos por este mago, habla de ciertas entidades cuyos seres no habitan "no en los espacios conocidos por nosotros -si no entre ellos- Caminan calmada y primitivamente, en dimensiones invisibles" Austin Osman Spare nos muestra sus aptitudes para describir este tipo de entidades. Las circunstancias de su nacimiento subrayan el elemento de ambigüedad que forma el tema de su magia. Decía que no estaba seguro si había nacido el ultimo día de diciembre de 1888 o el día de año nuevo de 1889. Según afirmaba, no sabia si pertenecía a una entidad que miraba hacia atrás o que daba la cara hacia adelante (el dios Jano). Pero cualquier aspecto de la deidad a la que el mas íntimamente representara, es un hecho que su vida fue una curiosa mezcla de pasado y futuro. A pesar de su mala memoria respecto a la fecha de su nacimiento, el lugar fue ciertamente Snowhill Inglaterra: fue el único hijo de un policía de Londres. Cuando contaba con escas

Si, estaban vivos: sobre el incidente Roswell. Final

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Normalmente no habría tenido problemas con ello, pero se descubrió que las criaturas podían ser peligrosas, así que me ordenaron ponerme un traje de protección, como los doctores. Era imposible sujetar la cámara con propiedad, cargar y enfocar era muy difícil. Contra las ordenes que se me habían dado, me quite el traje durante la filmación. Las dos autopsias tuvieron lugar en julio de 1947. Aquellos seres en la cama de autopsia improvisada eran algo que no se había visto jamas: no tenían órganos, ni huesos. Tenían una especie de cristal en el pecho, justo ahí donde pegaban las cajas cubicas cuando estaban vivos y una especie de órgano grande parecido a un hígado pegado a un saco que era una suerte de estomago primitivo. En lugar de huesos, tenían placas gruesas de cartílago. Los ojos estaban recubiertos por unas lentes de color negro. Tenían cuatro dedos que terminaban en ventosas, sus manos les llegaban a las rodillas. El cerebro -si lo era- era solo una gran masa de carne